miércoles, 16 de diciembre de 2015

EL HADA, LA PRINCESA Y SUS PAREJAS





     Según Jung todos tenemos un modelo de la personalidad dominante, aunque participemos de varios arquetipos.

     Durante nuestra experiencia con grupos de terapia hemos desarrollado una herramienta, la llamamos el “Mapa de los Cuatro reinos”, y nos sirve para ubicar el tipo de familia de cada personaje y el momento evolutivo en el que se encuentra cada participante.

     En el “Mapa de los Cuatro Reinos” la Princesa vive en el Territorio del Castillo mientras que el Hada ha instalado sus dominios en lo profundo del Bosque. Si una de ellas quiere encontrar una pareja afín tendrá que buscarla entre los habitantes de su territorio. Así, en el Castillo la Princesa hallará un Caballero que la rescate o un Príncipe heredero que la convierta en Reina, mientras que el Hada, que ha construido su Reino en la Naturaleza, encontrará como pareja a un caballero aventurero, un trovador o un Mago. Pero en la oscuridad del Bosque también habitan compulsivos Ogros, Lobos con perfiles narcisistas y ególatras, y diferentes depredadores que la pueden engullir, y es difícil distinguir a unos de otros. Por eso el Hada necesita sabiduría, experiencia y una fina intuición para identificarlos, y la Princesa también para diferenciar a los diferentes tipos de Príncipes, porque alguna ha seguido a su Príncipe azul con la esperanza de convertirse en Reina y ha acabado viviendo a la sombra de la Reina madre de su Real consorte durante largos años.

     Ellen participaba en nuestro grupo de terapia. Ninguna de sus relaciones se consolidaba ni duraba demasiado. Cuando Ellen se situó en el “Mapa de los Cuatro reinos”, descubrió que ella vivía en el Castillo y que todas las parejas que había buscado eran habitantes del Bosque. Y es que Ellen era una Princesa y, aunque hubiera querido ser un Hada y en su fantasía se imaginara viviendo en el Bosque, su lealtad y su corazón estaban con el Rey, y no podía alejarse de allí pues ella era la heredera del Reino.

     Pilar era un Hada que vivía en el Bosque. Sus parejas también eran habitantes del Bosque, sin embargo elegía compartir su vida con depredadores. Necesitaba experiencia y sabiduría para reconocer a unos y distinguirlos de otros. Aunque era un Hada poderosa estaba exhausta. Necesitaba darse tiempo para escucharse a sí misma, conectar con su intuición y tomar conciencia de que, el lugar que había elegido para vivir, también era el hogar de Brujas, Ogros y Lobos.


     Y colorín, colorado una pregunta por hacerte nos queda sobre tu dama o tu amado: ¿En qué lugar lo has encontrado?

jueves, 3 de diciembre de 2015


CÓMO LA TELEVISIÓN OCUPÓ EL LUGAR DEL PADRE: LA ESTRUCTURA FAMILIAR







Aquí, en España, todavía hay quien llama a los informativos “el parte”. Esta costumbre viene de los tiempos lejanos de la guerra civil cuando, para estar informado, había que ver el parte de guerra que ponían en los cines antes de las películas.


Pasaron los años y la televisión se democratizó y ocupó un lugar en los hogares, la “cabecera de la mesa”, un lugar que durante siglos había sido el sitio del padre de familia, el llamado “cabeza de familia”. Desde la cabecera de la mesa, el padre ejercía su autoridad, ahora su jurisdicción ha sido ocupada por la televisión que, desde que usurpó el lugar del padre, nos dice qué está bien y qué está mal, quienes son los buenos y quienes los malos, qué hay qué comprar o qué nuevo producto es indispensable para nuestra salud, nuestro cabello o para parecer eternamente jóvenes, o si ha llegado el momento de hacernos un plan de pensiones.


 Con la evolución de las estructuras sociales y familiares la madre también ocupó la otra “cabecera de la mesa” porque en la madre también descansa la autoridad, además de las funciones de protección y cuidado, y el padre también va incorporando en sus funciones estás de cuidado y protección hacia sus hijos e hijas. En muchos hogares, ambos, padre y madre, han cedido su lugar a la televisión y nos encontramos con que es ésta la sustituta de la palabra de los padres, es la sustituta de la “ley de los padres”. Pero ¿qué pasa cuando el padre y la madre ceden este lugar? Los padres y madres tienen que ser eso, padres y madres, porque cuando lo son, los hijos e hijas pueden ser eso, hijas e hijos. Cada cual en su lugar y rol.


Cuando trabajamos en grupos con personajes hacemos un ejercicio en el que varios participantes organizan una escena que consiste en sentar a los miembros de su familia alrededor de una mesa para comer o cenar. Cuando lo han hecho les pedimos que observen la escena que han creado y se den cuenta de qué piensan y sienten al observarla, luego les pedimos que sean conscientes de a quién han sentado al lado de quién, quién enfrente de quién, quién más cerca, más lejos, etc, el siguiente paso es que los miembros de la familia interactúen ¿Qué se juegan alrededor de la mesa, qué juegos relacionales desarrollan?


Cuando la cabecera la ocupa la televisión, quien tiene la posición más privilegiada para verla y escucharla suele ser la persona que detenta el poder. Comer y relacionarse en ese momento puede ser un acto automático desprovisto de vida y de excitación.



Os invitamos a que cuando queráis observéis qué lugar ocupáis en la mesa y qué lugar ocupan los demás miembros de vuestra familia, y ….¿qué lugar ocupa la televisión?