CÓMO LA TELEVISIÓN OCUPÓ EL LUGAR DEL PADRE: LA ESTRUCTURA FAMILIAR
Aquí,
en España, todavía hay quien llama a los informativos “el parte”. Esta
costumbre viene de los tiempos lejanos de la guerra civil cuando, para estar
informado, había que ver el parte de guerra que ponían en los cines antes de
las películas.
Pasaron
los años y la televisión se democratizó y ocupó un lugar en los hogares, la
“cabecera de la mesa”, un lugar que durante siglos había sido el sitio del
padre de familia, el llamado “cabeza de familia”. Desde la cabecera de la mesa,
el padre ejercía su autoridad, ahora su jurisdicción ha sido ocupada por la
televisión que, desde que usurpó el lugar del padre, nos dice qué está bien y
qué está mal, quienes son los buenos y quienes los malos, qué hay qué comprar o
qué nuevo producto es indispensable para nuestra salud, nuestro cabello o para
parecer eternamente jóvenes, o si ha llegado el momento de hacernos un plan de
pensiones.
Con
la evolución de las estructuras sociales y familiares la madre también ocupó la
otra “cabecera de la mesa” porque en la madre también descansa la autoridad,
además de las funciones de protección y cuidado, y el padre también va
incorporando en sus funciones estás de cuidado y protección hacia sus hijos e
hijas. En muchos hogares, ambos, padre y madre, han cedido su lugar a la
televisión y nos encontramos con que es ésta la sustituta de la palabra de los
padres, es la sustituta de la “ley de los padres”. Pero ¿qué pasa cuando el
padre y la madre ceden este lugar? Los padres y madres tienen que ser eso,
padres y madres, porque cuando lo son, los hijos e hijas pueden ser eso, hijas e
hijos. Cada cual en su lugar y rol.
Cuando
trabajamos en grupos con personajes hacemos un ejercicio en el que varios participantes organizan una
escena que consiste en sentar a los miembros de su familia alrededor de una
mesa para comer o cenar. Cuando lo han hecho les pedimos que observen la escena
que han creado y se den cuenta de qué piensan y sienten al observarla, luego
les pedimos que sean conscientes de a quién han sentado al lado de quién, quién
enfrente de quién, quién más cerca, más lejos, etc, el siguiente paso es que
los miembros de la familia interactúen ¿Qué se juegan alrededor de la mesa,
qué juegos relacionales desarrollan?
Cuando
la cabecera la ocupa la televisión, quien tiene la posición más privilegiada
para verla y escucharla suele ser la persona que detenta el poder. Comer y
relacionarse en ese momento puede ser un acto automático desprovisto de vida y
de excitación.
Os
invitamos a que cuando queráis observéis qué lugar ocupáis en la mesa y qué
lugar ocupan los demás miembros de vuestra familia, y ….¿qué lugar ocupa la
televisión?
La tele es un poco como el fuego del hogar, y el mando a distancia hace las veces de atizador. Quien lo coge, es el que tiene la sartén por el mango. La tele cada vez es más individual; antes las pantallas eran convexas como para abarcar al grupo familiar, ahora, tienden a ser cóncavas, para rodear al individuo aislándolo.
ResponderEliminarRecuperar el cuento es una forma de resistir a la tendencia al aislamiento que parece imponerse cada vez más.Es muy inteeresante reconstruir en una terapia el comportamiento de las personas ante la tele
Enhorabuena por vuestra iniciativa
Un artículo muy interesante que nos hace preguntarnos sobre detalles a los que no prestamos atención, porque nos sumergimos en la simple rutina. Hacer terapia partiendo de estas realidades puede abrirnos los ojos y la mente. Enhorabuena por vuestro trabajo.
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